3 ago 2011

Un gran mundo a escala

En el año 2009, recuerdo muy bien una nota que Néstor A. Larrazábal B. publicara en mundoymotor.com, donde hacia referencia al club de coleccionistas de autos a escala de Guatemala, para no olvidar esto, hoy lo reposteo, espero les gusto, copio literal:
Si sólo se tratara de juguetes, no habría pequeñas fortunas invertidas en ellos o serían niños y adolescentes los miembros del Club de Coleccionismo de Carros a Escala de Guatemala.

Para quienes guardan con celo réplicas a escala de autos de verdad, hay dos razones básicas para hacerlo: mantener el respeto y admiración por su buena niñez y tener, en pequeño, el auto que tuvieron, o quisieron tener, en tamaño real.

Para gustos no hay edad, pero si alguien comprara un carrito cada semana, en dos años tendría una colección de un centenar de unidades. En este grupo hay personas que cuentan por decenas su recopilación y otros que tienen miles en su haber.

El proceso
Todos los coleccionistas han empezado por no usar sus juguetes para divertirse, sino para guardarlos. Hay quien recibió un carrito y en lugar de llevarlo al colegio para compartirlo con sus compañeros, empezó a ahorrar para comprarse otro igual para jugar con él, porque ya lo tenía repetido.

También está quien vio desde niño en los Chevrolet Corvette el carro de sus sueños, y empezó a guardar cuanta réplica en miniatura caía en sus manos.

Con los años, la opción a mejores piezas viene con los primeros sueldos. O bien a comprar con mayor frecuencia más unidades. A partir de este proceso se inicia el conocimiento de proveedores más especializados y, con ello, la exposición a un mercado más sofisticado y de mayor precio.
La adquisición de piezas que superan los miles de quetzales se hace a través de proveedores fuera del país, por medio de compras pagadas con transferencias monetarias y, en términos sencillos, gracias al mercado global, con oferentes y colegas de cualquier parte del mundo.

El entretenimiento como inversión
Quien no tiene la pasión por el coleccionismo podría pensar que algunas de las compras de carros a escala se han hecho por precios que rayan en lo ridículo, a menos que se tratara de una inversión. A este argumento se aferran quienes pretenden justificarse ante ellos mismos o ante otros las altas sumas erogadas para comprarlos.

Una muestra de una inversión de alta rentabilidad, tanto en valor como en tiempo, es dada por un miembro del club, quien prefiere permanecer en el anonimato. Compró un modelo a escala 1/43 de un carro Siata 208S - Spider Vignale (BS513), corrido por Arnie McAfee en la Carrera Panamericana de 1953, fabricado en edición limitada a 55 unidades. Su precio de preventa fue de US $350 (más gastos de envío), cancelado cuatro meses antes de recibirlo. A las pocas semanas de tenerlo en su poder, la nieta de McAfee le escribió para ofrecerle comprarlo a un precio “razonable”, de entre US $800 a US $1,000; desde luego, el coleccionista guatemalteco no se lo quiso vender. Carlos Orozco tiene una pieza que costó Q0.50 en los años 60 y ahora está valuada en 3,000 euros. Una verdadera joya.

Pero, indudablemente, no es la inversión la que motiva al auténtico coleccionista. Es el deseo de poseer, cuidar, preservar y salvaguardar para futuras generaciones. Quien no tenga ese espíritu, es mejor que invierta su dinero en otro tipo de bien o producto financiero, porque seguramente le dará mucha mayor satisfacción.

La seductora tecnología
Los miembros del Club de Coleccionismo de Carros a Escala de Guatemala tienen varios factores en común: aprecio por lo antiguo, respeto por el gusto de cada quien y, sobre todo, admiración por la tecnología. Así lo expresa Rogelio Rivera, publicista, pero coleccionista de corazón.

Pertenecientes a distintas ramas productivas y con variadas carreras laborales, estos coleccionistas son asiduos lectores de la información sobre los adelantos, además de gustar de las actividades ligadas al transporte, como trenes, aviones, botes y autos. El perfil general es bastante parecido por lo que no es extraño que desarrollen tertulias sobre lo último de la tecnología.

Los niños de la edad de plata
Como muchos grupos, el Club de Coleccionismo de Carros a Escala de Guatemala es un canal para manifestar al niño interno de los hombres adultos. Al reunirse, sólo quien tenga el espíritu de un infante podrá entender cómo un grupo de hombres hechos y derechos puede sentirse tan confortable con temas que, para otros, versarían sobre juguetes.

Según los especialistas en conducta humana, al aflorar ese tipo de actitudes el adulto tiende a ser más auténtico, estable y feliz, ya que no hay represión sobre sus gustos, actitudes y deseos. Así es que una actividad como ésta genera bienestar emocional, sin riesgos propios de otros métodos de distracción generalmente considerados como apropiados para los mayores.




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